viernes, 17 de junio de 2011

James Hunt: De piloto a conductor


James Simon Wallis Hunt, o simplemente James Hunt, es recordado en el mundo de la Formula Uno como uno de los últimos rebeldes de esta competición. Su estilo de manejo arriesgado no era más que un fiel reflejo de cómo se comportaba él en su vida privada.

Hunt era distinto a cualquier piloto que en los 70 competía en la Formula Uno. No era extraño verlo en los boxes fumando cigarrillos, algo que los corredores de la actualidad no tienen permitido hacer. Tampoco eran un secreto las grandes cantidades de alcohol que consumía cuando el calendario indicaba que no tenía ningún Gran Premio por delante. Además, su aspecto físico, flaco y alto, hacía que su relación con las mujeres fuera más fácil que para el resto.

El hombre nacido en Belmont, Reino Unido, en 1947, llegó a la Formula Uno en 1973 de la mano del equipo March Engineering, donde su mejor resultado fue la segunda posición en el Gran Premio de Estados Unidos, seguido por el argentino Carlos Reutemann, quien por entonces conducía un Ford.

Su único título en la máxima categoría del automovilismo mundial lo obtuvo en 1976, por entonces corriendo para la prestigiosa escudería McLaren, tras un año peleando el campeonato con su amigo Nikki Lauda, quien había sufrido un accidente en la carrera de Nürburgring, donde casi pierde la vida y dejo al austriaco fuera de las pistas por seis semanas, Hunt pudo lograr una tercera posición en el Gran Premio de Japón que le dio los puntos suficientes como para consagrarse campeón.


Las temporadas siguientes lo tuvieron a Hunt con una baja en su nivel de manejo, consiguiendo la quinta posición en 1977 y quedando decimotercero en 1978, temporada que quedó marcada en la historia por el trágico accidente, en el circuito de Monza, donde Ronnie Peterson, conductor de Lotus, luego de un choque el monoplaza del sueco quedo envuelto en llamas y sus colegas que se encontraban cerca del acontecimiento, Hunt uno de ellos, corrieron a ayudarlo tratando de sacarlo de su auto o extinguiendo el fuego. A pesar del socorro dado por sus rivales y por los médicos, Peterson murió a las pocas horas en el hospital por la gran cantidad de fracturas que sufrió su cuerpo.

En 1979, luego de un par de abandonos, el británico decidió dejar su carrera como piloto profesional y comenzó a dedicarse a comentar los grandes premios de la Formula Uno junto al reconocido Murray Walker para la cadena inglesa BBC. Al principio, Hunt no se tomaba su nueva profesión muy en serio. En su primera emisión se bebió dos botellas de vino mientras hablaba sobre la competencia, pero más adelante se convirtió en un relator muy animado que hasta presenció y comentó la lucha entre Ayrton Senna y Alain Prost en el circuito de Suzuka en 1989.

Un infarto al miocardio fue el causal de la muerte de James Hunt el 15 de junio de 1993 mientras se encontraba en su casa de Wimbledon. La Formula Uno perdía un hijo y el mundo del periodismo a un gran comentarista.