El 25 de agosto de 1991 en Bélgica se corrió el Gran Premio de Formula Uno en el circuito Spa-Francorchamps y las principales figuras de la temporada, como Ayrton Senna, Alain Prost, Nelson Piquet, Gerhard Berger, comenzaban a definir las posiciones finales del campeonato, el cual luego ganaría el brasileño Senna, quien defendía la corona con McLaren.
A pesar de los atractivos con los que contaba la carrera, los ojos estaban puestos en un joven piloto alemán llamado Michael Schumacher, quien debutaba para la escudería Jordan en reemplazo del belga Bertrand Gachot y que en su primera sesión clasificatoria lograba un sorprendente séptimo puesto. La gran posición de largada que había obtenido Schumacher durante los días anteriores no sirvió para poder culminar la competencia en una buena ubicación, ya que en la tercer curva su monoplaza sufrió inconvenientes en el embrague y fue obligado a abandonar.
Doce años después de su debut y con cinco campeonatos mundiales ganados, Schumacher, por ese entonces compitiendo para Ferrari, alcanzaba en su país natal los mil puntos como piloto de la máxima categoría del automovilismo mundial al obtener el quinto puesto en el Gran Premio de Europa, del cual su hermano Ralf saldría victorioso.
El alemán, primer corredor en llegar a los mil puntos en esta disciplina, culminaría el año con otro titulo, convirtiéndose así en el más ganador en la historia de la Formula Uno.